La vitamina D es esencial para mantener la salud ósea. También se cree que modera el crecimiento celular y ayuda a controlar la función inmunitaria y la inflamación. La vitamina D se puede obtener de la comida, a través de la piel tras la exposición a la luz solar y mediante complementos.
Recientes estudios de investigación revelan que persona adultas mayores de 65 años con bajos niveles de vitamina D tienen un riesgo doble de desarrollar Enfermedad de Alzheimer. Por ahora es solo una asociación entre niveles bajos de Vitamina D y Demencia, y no puede decirse que hay un vínculo causal. Incluso se desconoce todavía cómo la Vitamina D interviene en el posible desarrollo de la enfermedad, pero los expertos especulan que podría estar relacionada con la atrofia cerebral y con la disminución de la limpieza de placas de proteína amiloide que se forman en el cerebro condicionando la aparición de la Enfermedad de Alzheimer.
Por ahora, hasta que haya más evidencia disponible, se recomienda que una dieta “saludable para el cerebro” podría incluir la Vitamina D cuya fuente principal se encuentra en el pescado (salmón, atún); además, en la leche, huevo y quesos.
