Estudios científicos sugieren que vivir solo o sentir soledad pueden aumentar el riesgo de morir de enfermedad cardiaca o de cualquier otra causa. Además aumenta el riesgo de padecer deterioro cognitivo.
En un estudio, las personas con enfermedad cardiaca que vivían solas eran más propensas a morir que sus contrapartes que no vivían solas. Un segundo estudio mostró que las personas a partir de los 60 años de edad estaban en mayor riesgo de declive funcional y/o muerte si se sentían ignoradas, aisladas o reportaban una falta de compañía.
Vivir solo podría ser un factor de riesgo de un mal resultado; sin embargo, una persona puede sentir soledad sin vivir sola, o vivir sola sin sentir soledad. Sentirse solitario podría aumentar el riesgo de problemas de salud y muerte por varios motivos. Alguien que sienta soledad tiene más probabilidades de deprimirse, esto le haría menos propenso a cuidarse, lo que podría aumentar el riesgo de morir de cualquier causa.