Muchas veces le echamos la culpa al pasar del tiempo, decimos que “es obvio que tengamos enfermedades, pues ya pasamos los 50…ya nos toca”
Lo cierto es que cada uno es responsable de su envejecimiento. Empezamos a envejecer desde el día en que nacemos. Al inicio, son nuestros padres los que se responsabilizan de que nos alimentemos bien y demás, pero llega un momento (que es el más crucial), cuando sabemos qué nos hace bien o mal, cuando la madurez se asoma y reconocemos que somos responsables de nuestros actos y somos capaces de asumir consecuencias. Ese día somos maduros, comprometidos con elegir nuestro propio estilo de vida, responsables de definir la cantidad y calidad de alimentos a ingerir, de definir si vamos a recibir los malos estímulos de la televisión y de los diversos medios de comunicación, responsables de elegir los pensamientos y el contenido de lo que meditamos, de cambiar las creencias erróneas que nos matan lentamente y buscar las correctas, garantes de que podamos vivir más y mejor.
La salud requiere asumir responsabilidades de manera continua y con disciplina. La salud se construye o se mantiene cada día, de ahí la importancia no sólo de la renovación de la mente sino de un estilo de vida saludable. Y tú…¿qué tan responsable eres?
