Luego de soplar las 30 velitas en tu cumpleaños, habrás ganado una nueva misión: cuidar tu salud. Ya deberás dejar de lado malos hábitos, los excesos de alcohol, comida chatarra y cigarrillo empiezan a cobrar saldo. Estudios realizados revelan que luego de 30 años de vida, comienza el cambio de la fisionomía: aumenta el peso, baja el metabolismo y los niveles de ciertas hormonas, aparecen cambios en el sueño, se pierde memoria…Pero no es un proceso irremediable. Una dieta rica en frutas y vegetales, el ejercicio físico moderado y la actividad mental permiten un envejecimiento exitoso. Intenta cambiar tu estilo de vida, comiendo más sano, ejercitándote regularmente y excluyendo o evitando las bebidas alcohólicas y el cigarrillo.
A los 30 años, nuestro programa genético que tenemos en el ADN, considera que ya ha hecho todo su trabajo. El cuerpo no está tan controlado y vigilado por el propio programa de ADN y hay una mayor interacción con los distintos elementos que puedan surgir del ambiente. Será desde este momento, entonces, cuando lo que tengamos de “reserva saludable” en nuestros órganos vitales, libre la batalla contra alguna enfermedad o padecimiento.
